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HUEVOS A LA "REMANGUILLE" Llega un día a almorzar un señor conocidísimo y me pregunta:
Como a todo me contestaba que no y yo veía que iban entrando comensales en el comedor, lo que me obligaba a volver de inmediato a la cocina, le propuse:
Bueno, pensé entre mí. ¿Y como le preparo los huevos? Ni corto ni perezoso, escalfo unos huevos, los cubro con una salsa al jerez y de guarnición, les agrego unos champiñones salteados y unos trocitos de jamón. Le gustaron tanto que me felicitó y me regaló un puro habano. Al cabo de unos cuantos meses me encargan un almuerzo para doce personas. Al entregarme la nota veo que me piden once raciones de salmón y una de "huevos a la remanguillé". Ya no me acordaba de cómo preparé los famosos huevos. Pregunté en la cocina a las personas que hubieran podido intervenir en su preparación, pero nadie sabía nada tampoco. En vista de ello y aun cuando me molestaba enormemente, ya que en la mesa había más personas, decidí preguntarle al solicitante de dicho plato, el cual era el mismo cliente de confianza al que le había gastado una broma. Me acerco a él y le digo:
Inmediatamente me acordé cómo los había condimentado. Le agradecí, manifestándole cuál de las dos fórmulas deseaba y después de haber comido al marcharse, me dice:
De todas formas, ahora existen los huevos a la "remanguillé" puede usted anunciarlos y prepararlos. Son riquísimos.
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