Preparación
Lavar y secar muy bien un frasco de vidrio.
Colocar el trigo o la cebada en el fondo del recipiente.
Encima colocar 2 de las hojas de repollo, machacadas ( sin quebrar).
Lavar el resto del repollo y cortarlo en tiritas muy finas. También
se puede rallar
Tomar una parte del repollo rallado (suficiente para formar la primera
capa)) y triturarlo en el mortero hasta que despida su propio jugo.
Espolvorear con parte de sal y colocar algunas bayas de enebro.
Repetir el procedimiento hasta utilizar todo el repollo. Cubrir con
dos hojas enteras, machacadas sin lastimar y colocar, cubriendo todo,
un lienzo poroso.
Añadir una tapa que cubra bien y que pueda presionarse hacia
adentro del recipiente. Colocar un peso encima.
Conservar el recipiente en un lugar cálido
A los cuatro días, quitar la espuma formada en la superficie,
lavar la tapa y volver a cubrir.
Repetir las dos últimas operaciones cada dos días, hasta
que no se forme más espuma. Dejar fermentar unos días
más.
Colocar en frascos de vidrio bien tapados y conservar en la heladera.
Se puede consumir acompañando ensaladas, cereales o un delicioso
sándwich con aceitunas negras